Hola a todos,
vuelvo a retomar las entradas del blog, que hace un tiempo que no os cuento nada.
Hace un par de semanas estuve con unos amigos en Yuzawa (湯沢), en la perfectura de Niigata (新潟). Es una zona de onsen (baños calientes de aguas volcánicas) y de mucha, pero que mucha nieve.
Un amigo encontró un viaje a esta zona durante un fin de semana, en un hotel de lujo y con todo pagado, por sólo 10 euros. Se trataba de una especie de estudio turístico y promoción turística de la zona, así que nos pagaban todo y después nos pasaban una encuesta (que rellenamos en 20 minutos). Y sin vendernos apartamentos multi-propiedad ni nada!
Así que nos apuntamos y pudimos ir 4 amigos (el viaje tenía plazas muy limitadas).
Una de las mejores cosas del viaje es que íbamos en shinkansen (tren bala), que aquí es muy caro y no lo solemos usar casi nunca. Todo pagado, claro. En una hora y media estábamos en esta zona blanca de japón.
Nos alojaron en un hotel espectacular con pistas de esquí privadas. La cena y el desayuno serían de buffet libre, y con todo tipo de cosas buenísimas. Esta es la foto del hotel con sus pistas privadas al fondo:
Estas son las pistas del hotel, iluminadas. En japón se puede esquiar un rato después de hacerse de noche. Para mí, esto es lo mejor de esquiar en Japón.
El primer día nos llevaron a hacer varias actividades, a cuál más extraña...
Lo primero que hicimos fue ir a recoger fresas a un invernadero. Parece ser que cultivan un tipo de fresa especial, a pesar de hacer un frío del carajo. Nos llevaron al lugar y nos explicaron que sólo podíamos coger 7 fresas. Por supuesto, ni una más, ni una menos.
La verdad es que estaban muy buenas y eran enormes.
Más tarde nos llevaron al sitio más extraño que he estado nunca de turismo. Fuimos a una especie de carrefour a la japonesa. La cosa era que querían enseñarnos los diferentes utensilios relacionados con la vida en la nieve que se pueden obtener en unos grandes almacenes de esta zona. Había cosas como palas, botas de nieve, etc. Esperpéntico.
Después nos llevaron a comer sushi a un sitio bastante bueno.
Después de la comilona fuimos a un lugar de cata de sake. Tenían una especie de maquinitas en las que metías una moneda y te servían un chupito de el tipo de sake que quisieras. Habrían cientos.
También podías probar muchos tipos de sales que se toman mientras bebes el sake.
También nos llevaron ese día a un lugar para meter los pies en agua caliente. Durante los paseos por el pueblo nos dábamos cuenta de la cantidad enorme de nieve que había caído en la zona.
Por la noche, después de cenar, nos llevaron a un mini-festival de la nieve que había en la ciudad ese fin de semana. Había música, puestecillos repartiendo sake, fuegos artificiales, etc.
Al llegar al hotel, fuimos al onsen que se encuentra en su interior. Tenían también un baño al exterior.
A la mañana siguiente, empezamos el recorrido visitando el pequeño museo de la ciudad.
La famosa obra del escritor Yasunari Kawabata, "País de nieve" (雪国) tiene lugar en esta ciudad, así que parte del museo está basada en utensilios y el estilo de vida de la época en la que ocurre la obra.
Unos niños y niñas del colegio local habían estado preparándose una presentación del museo en inglés. Algo así como una tarea de clase para ellos, lo que hacía de la visita algo más especial (tenía pinta de que habían estado ensayando meses para ese momento, aunque al final no se les entendía mucho...). Este museo fue de lo mejorcito del viaje.
Más tarde nos llevaron a visitar a un precioso templo de la zona. Fue construido por un monje que vivió en china y que al llegar a japón fundó su propia secta budista. La influencia china en el templo lo hacía muy espectacular. Una pena que no se pudieran hacer fotos dentro.
Aquí pongo la foto de una de las partes del templo, protegida por una construcción que impide que se amontone la nieve en el techo.
Después de esto nos llevaron a un pueblecito cercano muy tradicional. Tiene una calle central muy bonita de las que es difícil de ver en japón (incluso en el más rural).
Aquí un cartel con los distintos tipos de copos de nieve:
Aquí habían unas marcas de hasta dónde había llegado la nieve en otros años. Más de tres metros en muchos casos.
La última actividad fue hacer mochi. El mochi es un "dulce" japonés hecho de una pasta de arroz. El arroz cocido se introduce en un gran cuenco de madera y se golpea con unos grandes martillos hasta que se fabrica una masa pegajosa de arroz. Esta pasta se hace bolas y se mezcla con algunos condimentos. Nos hicieron golpear el mochi al grito de "yoishou", al estilo tradicional (aunque fuera sólo para hacerse la foto, estuvo bastante bien).
Ya había acabado este espectacular viaje, pero a algunos de nosotros nos apetecía esquiar, aunque fuera por 2 o 3 horas, así que los de la agencia llamaron a una tienda de alquiler y, en media hora, nos habían llevado a las pistas y equipado con ropa y material de esquí.
Fueron tan sólo unas cuantas bajadas, pero suficiente para quitarse el mono de esquiar en Japón. Además, experimenté lo más bonito que he hecho esquiando. Bajar de noche y a la luz de los focos.
En japón, al anochecer, encienden grandes focos blancos y te da tiempo a realizar 2 o 3 bajadas. Fue increíble. Evidentemente, no tuve tiempo de hacerme fotos en esos momentos, pero creedme que había un paisaje precioso con todas las pistas de esquí (decenas) de las montañas de alrededor con las luces encendidas.
Bueno, esto fue todo. Un abrazo y espero escribir más a menudo a partir de ahora.
¡Qué chollo de excursión! A ver si encontramos más de esas. :-)
ResponderEliminarEl finde pasado fui a esquiar y resulta que la estación era la de Echigo Yuzawa, justo a la que habías ido tú. Qué casualidad.
Pues sí, tuvimos mucha suerte con el viajecillo, a ver si el próximo podemos ir más gente.
ResponderEliminarLas pistas estaban bien, no? Pudisteis esquiar de noche??
Ale tío, hablamos
Las pistas estaban bien, pero después de esquiar todo el día por la noche estaba echo polvo y sólo me apetecía meterme en el onsen :-) No me llama mucho lo de esquiar de noche, de todas formas...
ResponderEliminarPues a mí me encantó lo de las luces... Y sí, hay que exportar lo de los onsen a las pistas españolas!
ResponderEliminar