domingo, 28 de agosto de 2011

El Matsuri de Tsukuba (つくば祭)

Hoy he estado en el Matsuri de Tsukuba. Los matsuri son festivales tradicionales japoneses que se hacen en verano. Normalmente consisten en puestos de comida por la calle, procesiones o desfiles, fuegos artificiales, etc. 
Tsukuba suele ser una ciudad bastante aburrida, aunque durante este fin de semana se convierte en un lugar al que la gente acude desde muchos puntos de Ibaraki para ver el desfile. A mí me sorprendió ver a tanta gente en el centro de la ciudad. 





Aquí os dejo algunas fotos de las carrozas del desfile:








En otro post ya contaré el por qué de esta rana, que se puede ver por todos lados en Tsukuba. 
Cada carroza suele llevar su propia  música con tambores y flautas. Las más grandes hacen su propio espectáculo soltando humo, o girando rápido sobre sí mismas o haciendo como si se abalanzaran sobre la gente.
También había un taiko (tambor japonés) tamaño autobús.



Os dejo un vídeo para que veáis el ambientillo:



Cuando se hace de noche, el festival se vuelve más espectacular.







Después de ver el desfile, fuimos a comer por los puestos de comida. Había cientos.


Esto era un puesto de okonomiyaki. También es muy típico encontrar puestos de takoyaki (bolas de pulpo rebozado), yakisoba (fideos a la plancha) o calamar a la plancha (entero y pinchado en un palo). Últimamente también está lleno de puestos con kebaps! También puestos con juegos para los niños, etc.
También habían espectáculos tipo mimos (uno me robó la cámara momentáneamente, seguido de la risa de decenas de personas), payasos, etc.
También había algún zancudo con alas.



También había un escarabajo gigante mecánico con luces y humo (y ruidos raros). Creo que los niños podían subirse a él y jugar. Un poco inquietante...



Me ha encantado. La verdad es que no esperaba ver un festival tan bonito en esta ciudad, no muy grande y generalmente no muy animada.
A ver si pongo algún otro post de los matsuri que he visto este verano por tokyo. 
Un abrazo!

sábado, 27 de agosto de 2011

Nyuukasayama (入笠山)

A principios de este mes, me fui 5 días con la gente de mi lab y algunos alumnos de mi profesor, a Nyuukasayama. Se trata de una montaña en la perfectura de Nagano que está metida dentro de un parque nacional con el mismo nombre. Parece ser que mi profesor lleva a los alumnos que quieren a este paraje para realizar unas prácticas de su asignatura de ecología de poblaciones, así que este año me invitó a mí, y a otros miembros del lab.



Nos hospedamos en un albergue precioso perdido en la montaña. Cuando llegamos estaba todo cubierto de niebla.





Yo tenía mi propia habitación de estilo tradicional con su tatami, futón, mesita tradicional con su calentador debajo (kotatsu), y todo el "pack" tradicional.





Tenía unas vistas espectaculares. 

Una de las cosas que más me gustó del albergue fue el ofuro (los baños). También de estilo tradicional, había que salir del edificio para ir a otro dedicado a los baños. Una vez allí, atravesando unas cortinas tenías una zona de tatami para secarte, y la interior para ducharte (sentadito en los taburetes, por supuesto), y la bañera con un ventanal desde el que se veía toda la montaña.





El procedimiento para los baños era el siguiente. Llegábamos por la tarde de las prácticas muertos de cansancio y nos bañábamos antes de cenar. Había dos bañeras, así que hacíamos turnos. Ya que no se cambia el agua del ofuro, para ahorrar la energía de calentarla, es un tema importante el quién entra primero (el agua va ensuciándose, a pesar de que te duchas antes de entrar). Así que los profesores entran primero, y posteriormente los otros miembros del lab (investigadores) y finalmente los alumnos.
Esto pasa igual en una familia japonesa, dónde primero entran los abuelos, después los padres y finalmente los hijos (siempre, claro, con la jerarquía hombre primero, mujer después).

Durante el día, nos dedicábamos a hacer las prácticas de los alumnos. El primer día fue básicamente de reconocimiento de especies. Para mí fue impresionante todos los bichicos que encontré. 
Aquí algunas muestras:











El primer día también subimos a la cima de la montaña:



Aquí tenemos la foto de grupo en la cumbre. Encuentra la diferencia...




El segundo día también hicimos una excursión por un río, buscando bichos. Todos los días empezaba a nublarse a mediodía y acababa lloviendo a partir de las 4 o 5, cuando regresábamos al albergue.





Durante los siguientes días, los alumnos realizaron la práctica principal. Consistía básicamente en encontrar una colonia de una especie concreta de abejorro. Japón es un lugar muy especial para los abejorros, ya que tienen un número bastante grande de especies y algunas de ellas endémicas de la isla, o de zonas muy reducidas.
En la práctica, los alumnos (ayudados por nosotros), llenaban las flores de glucosa para atraerlas. Una vez llegaban, se contaba el tiempo entre que se marchaba a la colonia y volvía. Si el tiempo era corto, significaba que la colonia estaba cerca. Si así era, utilizábamos una flor falsa, y cuando llegaba el abejorro, la movíamos en la dirección de la qué venía. Así, disminuiríamos la distancia hasta la colonia, hasta encontrarla.
Nunca encontramos la colonia...
Pero fue divertido, sí. Para ver por dónde llegaban y se iban los abejorros, la gente se motivaba mucho y hasta se subía a los árboles.



También pintábamos a las abejas de colores para poder verlas mejor.




El último día, los alumnos tenían que escribir un documento con todo lo estudiado durante la semana. Lo que hizo mi profesor era lo siguiente. Los investigadores y los profesores estábamos en la mesa de al lado de los alumnos (mientras escribían el documento), comiendo y bebiendo. Así, era difícil para ellos concentrarse. Conforme iban terminando, y se les "aprobaba" podían empezar a comer y beber cerveza. Me pareció muy extraño pero muy divertido! Incluso mi profesor nos animaba a comer y beber mientras les decía a los alumnos: "se va a acabar la cerveza chicos!!"... muy raro!


En la foto se ve como nosotros comemos y ellos trabajan, jeje.

Aparte de todo esto, todos los días cuando volvíamos de la montaña después de cenar hacíamos lo que queríamos (no los alumnos, que iban a estudiar y escribir cosas), como jugar al ajedrez, al オセロ (que supongo que en inglés será "othelo"), un juego nacido en Ibaraki, y al pin-pón. 
Tuve que contenerme para no ganarle de mucho a mi profesor (soy demasiado picado, me dio mucha rabia). Estos son mi sensei y mi compañera jugando en una mesa.




Otra de las cosas que me encantó del viaje, fueron las comidas del albergue. Muy caseras y abundantes. La mujer de allí nos trataba como a los hijos!!






Y también nos preparaba obento, o comida para llevarnos a la montaña.





Una gran experiencia. Aunque acabé un poco harto del japonés y de perderme en sus conversaciones, pero ya mejorará la cosa!

Un saludo!




lunes, 15 de agosto de 2011

Omiya, el pueblo de los bonsái

Ayer estuve en Omiya (大宮), un pueblo que pertenece a la ciudad de Saitama. Es un pueblecito dedicado a la cultura del bonsái. 
Después del gran terremoto de Kanto en 1925, los grandes maestros del bonsái de Tokyo se trasladaron a Omiya para seguir cultivando sus obras en un área aparentemente más segura y con una tierra de mejor calidad para estos árboles. Así pues, se pueden encontrar diferentes viveros abiertos al público con una infinidad de bonsái de todas las edades y tamaños. Parece ser que estudiantes de este arte de todo el mundo vienen aquí para aprender con los mejores maestros. 
También se encuentra en Omiya el museo nacional de Arte de Bonsái. Y, por si fuera poco, en casi todos los jardines de las casas de este pueblo se pueden ver bonsái preciosos que en España estarían en exposiciones.
Existen también algunas casas tradicionales que se pueden visitar, en donde puedes hacer talleres de bonsái o ceremonia del té.

Esta es la entrada del museo,



Algunos de los bonsái que exponían en el museo, muchos de ellos famosos y con nombre propio!







También tenían una sala con explicaciones históricas, de la estética asociada al bonsái, etc. Una de las cosas más interesantes era la explicación de la composición que se usa para exponer estos árboles en los interiores de las casas, así como las explicaciones de el arte de las piedras, Suiseki (水石). 


Por cierto, estaba prohibido sacar fotos... espero que nadie del museo llegue nunca a este blog...

También exhibían macetas y otros utensilios antiguos (de hace un par de siglos), relacionados con la cultura del bonsái.



Más tarde fuimos a visitar los viveros. Tuvimos suerte de ver a un chaval trabajando con un bonsái. Concretamente estaba alambrándolo, con un ritual bastante interesante. Fue bastante emocionante. También nos pilló la hora en que los estaban regando.




Aquí os dejo algunos ejemplos de los bonsái que tenían. Algunos muy espectaculares.

Tipo bosque:










También tenían interminables macetas de todos los tamaños y colores.



Aquí tenían a los futuros bonsái:



Después de visitar todo esto, comimos en un lugar de okonomiyaki con mucho encanto. El okonomiyaki es una especie de tortilla con muchos ingredientes que se prepara uno mismo a la plancha. El mejor que he comido nunca lo comí aquí, uno de queso y tomate. Estábamos solos en el lugar (de tan sólo 3 mesas), y la señora  nos enseñó a cocinar uno de los que pedimos. 



Este es el menú... qué os pediríais? (yo tampoco entiendo mucho, siendo sinceros, jeje).



Este es el sitio, apenas se veía desde la calle,




Y nada más! Omiya ha sido uno de los sitios con más encanto de los que he estado en Japón, la verdad. Ya volveré cuándo venga alguien a verme!

Un abrazo.