sábado, 30 de julio de 2011

Monte Fuji (富士山)

Hola chicos,
he estado bastante ocupado el último mes, y no he podido hacer ninguna entrada. Así que, para animar esto voy a empezar de nuevo contando cómo me fue la semana pasada en la ascensión al monte Fuji!
Tenía muchas ganas de ir, ya que la última vez que vine a Japón no tuve la oportunidad de subirlo debido al tiempo que hizo en verano, así que decidí a organizar un poco esta excursión.
Fuimos unos cuantos amigos en una furgoneta alquilada, así que también fue mi primera experiencia de conducir por la derecha.
Esta es la furgo:



Esta es la cámara trasera para aparcar. Y el pitidito de mi focus me parecía una modernidad!





Salimos a las 4 de la tarde más o menos. Hay que cruzar Tokyo para llegar al Fuji, así que nos metimos de lleno en la ciudad, que en sábado es un puro atasco. Aunque cruzar Tokyo en coche es emocionante, la verdad. 
Aquí podéis ver el caos que es Tokyo. Tres autopistas elevadas se cruzan por encima de un río!




Y aquí estoy yo acostumbrándome a conducir por la izquierda... (los ocupantes de la furgoneta lo pasaron algo mal al principio cuando rocé el retrovisor izquierdo con un autobús...)



Llegamos al parking donde se dejan los coches antes de la ascensión a las 9 más o menos. Allí nos pusimos las botas y la mochila y empezamos a subir.
La diferencia principal entre el Fuji y otras montañas es que aquí suben miles de personas un fin de semana de verano. También está lleno de refugios donde te venden comida y bebida, camisetas, cervezas, de todo.
Empezamos a subir ya de noche, ya que nuestra intención era ver el amanecer en la cumbre. Esa es la idea de otros miles de japoneses, así que el camino se convierte en una fila de linternas que se pierde hacia la cima. 




Estos somos los valientes:



Lo pasamos genial en la ascensión. No fue excesivamente duro, aunque se podían ver a un montón de japoneses con botellas de oxígeno (no vi a ningún extranjero doparse en la ascensión). El Fuji tiene una altura de 3.776 metros y la subida nos costó unas 7 horas. Este es uno de los  últimos carteles de señalización antes de llegar arriba:



Aquí pongo un vídeo para que veáis el ambiente que se respiraba. Estaba realmente llenísimo de gente. Cerca de la cima, había que parar del atasco que había. Y la gente te mira bastante mal si empiezas a adelantarles o si te sales del camino indicado (es algo peligroso hacerlo ya que puedes deslizar rocas y matar a alguien, la verdad).





Pasadas las 4 de la madrugada llegamos a la cima. Ya había un montón de gente, y aun quedaban muchos que no llegarían a tiempo a ver el amanecer desde arriba.
Estaba nublado, aunque las nubes estaban por debajo de nosotros. No vimos el mar ni Tokyo, pero si el tan esperado amanecer desde el Monte Fuji. La verdad es que es precioso y la gente estaba bastante emocionada.







Estos somos nosotros!











Este es el cráter del Fuji. Me encantó, y más sabiendo que los geólogos han advertido que hay ciertas posibilidades de que se active este volcán, después de los grandes movimientos de las placas que provocaron el terremoto del 11M. 






Descansamos un rato y tomamos un chocolate caliente, y nos dispusimos a bajar. Nos esperaban unas 4 o 5 horas de dura bajada (mucho más dura que la subida, para mí).
Este es el camino repleto de gente. Por este motivo hay que bajar por un camino diferente al de la subida.





Este es el aspecto de las laderas del Fuji. Para mí era todo muy diferente a lo que había visto, ya que todas las rocas son de origen volcánico, algo a lo que no estamos acostumbrados en España.





Cuando llegamos abajo, ya exhaustos, descansamos un rato y nos volvimos hacia nuestra querida Tsukuba. Conduje yo más de la mitad del camino. Después de no dormir y subir el Fuji, podría parecer que no podía conducir, pero me lo pasé como un enano cruzando Tokyo con el GPS guiándome.  Fue una excursión que no creo que olvide nunca. 

Un saludo familia!